Evangelio del Día, La Santa Misa, Tiempo Litúrgico

Evangelio del día y comentarios a la Palabra diaria Primera Semana de Cuaresma; Año Par Del 19 al 24 de febrero de 2018


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Evangelio del día y comentarios a la Palabra diaria

Primera Semana de Cuaresma – Año Par
Del 19 al 24 de febrero de 2018

Introducción a la semanaLa palabra de Dios en la Cuaresma adquiere un protagonismo mayor, si se puede hablar así, en la Liturgia. La lectura no es continua: las primeras lecturas de días consecutivos no pertenecen al mismo libro; los textos evangélicos no son del mismo evangelista, cambian día a día. La Iglesia ha ido seleccionando textos con esmero. ¿Con qué pretensión? Con la que tiene la catequesis cuaresmal: es necesario ofrecer mensajes claros y de exigencia práctica inmediata. Para ello se utilizan textos que hablan de la condición real de ser humano, de lo que ha de realizar para ser lo que Dios quiere de él –convertirse-, y de cómo Dios se ofrece a ayudarle y a premiar sus esfuerzos. Son textos claros, que no necesitan nada más que tomarlos en serio. Los de esta semana son un ejemplo evidente. Va alternándose los textos que exigen el esfuerzo humano con los que prometen la ayuda de Dios. El lunes se señalan lo que ha quehacer para ser acogidos por Dios; el martes la presencia de Dios, de su Palabra, ofreciendo ayuda. El miércoles emerge la necesidad de conversión; el jueves el compromiso con nosotros de un Dios padre. El viernes los textos exponen claras exigencias éticas, que llegan a lo hondo del ser humano; el sábado el compromiso de Dios de tener a Israel como pueblo propio, que se vuelca, rompiendo un tanto el esquema de compromiso humano-ayuda de Dios, en la exigencia de la perfección, que es perfección en el amor, incluso a los que no nos aman, como sucede con Dios.
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Lunes   19 de Febrero de 2018
Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis
Hoy celebramos: Beato Álvaro de Córdoba (19 de Febrero)

Primera Lectura

Lectura del libro del Levítico 19,1-2.11-18:

El Señor habló a Moisés: «Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: «Seréis santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. No robaréis ni defraudaréis ni engañaréis a ninguno de vuestro pueblo. No juraréis en falso por mi nombre, profanando el nombre de Dios. Yo soy el Señor. No explotarás a tu prójimo ni lo expropiarás. No dormirá contigo hasta el día siguiente el jornal del obrero. No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezos al ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor. No daréis sentencias injustas. No serás parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al rico. Juzga con justicia a tu conciudadano. No andarás con cuentos de aquí para allá, ni declararás en falso contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor. No odiarás de corazón a tu hermano. Reprenderás a tu pariente para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.»»

Salmo

Sal 18,8.9.10.15 R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia
el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo 25,31-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: «Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme.» Entonces los justos le contestarán: «Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?» Y el rey les dirá: «Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.» Y entonces dirá a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis.» Entonces también éstos contestarán: «Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?» Y él replicará: «Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo.» Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»

Reflexión del Evangelio del día

Amarás a tu prójimo como a ti mismo

Iniciamos nuestro camino cuaresmal con la invitación que nos hace el Señor en el libro del levítico, a ser Santos. Vocablo extraño en una sociedad como la nuestra dónde los valores y las actitudes religiosas parecen pasar de puntillas, frente al individualismo, el rechazo al otro, sobre todo al diferente, incluso con violencia.

El marco narrativo de nuestra lectura es la estancia del pueblo israelita en el Sinaí, después de haber salido de Egipto. Una vez allí, Dios establece la alianza con su pueblo y éste recibe sus mandamientos y leyes. Lo esencial de la Ley es que Dios debe ocupar el primer lugar en los valores y en el corazón del pueblo porque el Señor los ha elegido y los ha rescatado de la esclavitud. Para relacionarse con Dios y cumplir con la alianza el pueblo ha de ser santo, y la santificación consiste en el cumplimiento sus preceptos

A continuación, pasa a describir como han de ser las relaciones del pueblo con su prójimo. Vivir la santidad no se reduce al ámbito cultual o comunitario, sino que exige mirar hacia los demás, especialmente a los más desprotegidos de la sociedad. De ahí las prohibiciones de robar, engañar, explotar, cometer injusticias o calumniar. La respuesta a esas actitudes negativas se traduce en un mandato positivo “amarás a tú prójimo como a ti mismo”. El amor al prójimo ha de traducirse en acciones concretas. “Yo soy el Señor”, se repite en cuatro ocasiones como referente y fundamento de la ley. Actuar como Dios quiere es la base de actuación del ser humano. Dios y el prójimo se aproximan en cada uno de nosotros, amar a Dios implica ser prójimo de los hermanos y hermanas. Amar a los demás, practicar la justicia, en acciones sencillas y concretas nos aproxima al corazón y a la santidad de Dios.

Venid vosotros, benditos de mi Padre

El evangelio de Mateo, nos presenta hoy el último pasaje antes de comenzar el relato de la pasión. Ya al comienzo del capítulo 25 nos ha ido instruyendo como vigilar es mantener la lámpara encendida y multiplicar los talentos recibidos, ahora el evangelista recapitula algunos rasgos sobresalientes de su teología proyectándolos hacia lo que será el juicio final y definitivo. El texto de Mateo (25,31-46) puede ser considerado como una proyección futura de la vida presente, y podemos dividirlo en tres partes:

La primera tiene la función de preámbulo (vv. 31-33) en cuanto que introduce y prepara las dos escenas siguientes. Comienza describiendo la llegada del Hijo del Hombre de manera majestuosa; “en su gloria”, “con todos sus ángeles”, “en su trono” y ante él se congregarán todos los pueblos, señalando que lo importante para separar unos de otros no será la religión, la cultura o la procedencia, sino las obras de caridad.

La segunda parte (vv. 34-40) comienza con el grupo que está a la derecha y que ha obrado bien por ello se les llama “benditos de mi Padre” y les habla de una herencia preparada desde “el comienzo del mundo”. Se enumera una lista de obras de caridad que ya aparecen aunque de modo parcial en el AT (cf. Is 58,7; Ez18,7.16), pero más que la enumeración de acciones lo que llama la atención es que estas tienen por sujeto a Jesús. La pregunta que estos justos se hacen parece obvia: ¿Cuándo hicimos esto? La respuesta es aún más sorprendente: cuanto hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis. Por tanto el criterio del juicio es la caridad vivida en gratitud, sin esperar nada a cambio, por puro amor al prójimo. Jesús se identifica con los pequeños, con los débiles, en ellos está él mismo.

La tercera parte (vv. 41-46) habla al grupo que está a la izquierda a los que dice “apartaos de mí”, no por hacer el mal, sino por no haber hecho el bien. La separación entre unos y otros está marcada por la opción personal de cada uno. ¿Somos conscientes de la responsabilidad que tenemos por ser seguidores de Jesús?¿Qué pasos tengo que dar en esta cuaresma de cara a la práctica de la caridad con los pequeños?

Hoy celebramos memoria del Beato Álvaro de Córdoba, insigne predicador y teólogo que quiso realizar su propio “vía crucis”, al igual que Jesús. Qué su vida sea ejemplo para todos nosotros y nosotras de que caminar en el dolor nos lleva a la Luz.

Carmen Hna. Carmen Román Martínez O.P.
Congregación de Santo Domingo
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Martes   20 de Febrero de 2018
Perdona nuestras ofensas
Hoy celebramos: Beato Cristobal de Milán (20 de Febrero)

Primera Lectura

Lectura del libro de Isaías 55,10-11:

Así dice el Señor: «Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mi vacía, sino que hará mí voluntad y cumplirá mi encargo.»

Salmo

Sal 33,4-5.6-7.16-17.18-19 R/. El Señor libra de sus angustias a los justos

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.

Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. R/.

Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo 6,7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así: «Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno.» Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.»

Reflexión del Evangelio del día

Cumplirá mi encargo

El profeta Isaías, para consolar a su pueblo utiliza el símil de la lluvia y la nieve que hacen germinar a la tierra que da fruto, para hacer sentir al pueblo que vive en el destierro cómo actúa Dios en su creación. Su palabra que es creadora no volverá a su fuente sin cumplir su encargo la de crear de la nada un pueblo nuevo. Lo crea infundiendo un nuevo sentido y razón de vivir a los que la reciben.

Y es que la cuaresma también tiene que ver con nuestra esperanza, vivir en el destierro hace que se pierdan las raíces propias de la cultura, del sentido religioso, del sentido de vivir y de la esperanza. En cuaresma hemos de preguntarnos cuáles son nuestras raíces perdidas, aquellos valores que un día nos mantuvieron en pie, y ahora son pieles muertas del camino.

Hemos de comprender que no todos los valores que ayer vivíamos como fundamentales en nuestra vida de fe ahora hayan desaparecido con el cambio cultural, y hemos de preguntarnos si no es el pueblo cristiano el que anda en el destierro viviendo de la nostalgia. Hemos de descubrir los nuevos valores para poder identificarlos con aquellos valores cristianos que puedan convivir y arraigar más profundamente entre los jóvenes y poder ser una oferta atractiva para ellos.

Perdona nuestras ofensas

La oración del Padrenuestro nos implica en el Reino de Dios desde lo más íntimo de nuestra fe, es la oración personal y compartida la que le da sencillez, y Dios quiere oraciones y súplicas sencillas.

En el Padrenuestro se nos introduce en la intimidad con Dios, se nos ofrece el pan, pero también se hace simple la vida con la súplica del perdón, un perdón mutuo y justo, recibir el perdón implica ofrecer el perdón, no queda en una acción egoísta.

En el Padrenuestro se tiene en cuenta la voluntad de Dios, no es algo que surge de la verborrea, ni tampoco de la súplica egoísta, es una oración que tiene en cuenta el quehacer de Dios, el Padre tiene su plan salvación para conmigo, y lo acogeré con sencillez.

En esta cuaresma podríamos llenarnos de silencio para comprender cada palabra de esta oración, salir de lo mecánico y repetitivo, y encontrarnos con el sentido integrador que tiene esta oración para todo cristiano.

Alexis Fr. Alexis González de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
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 Miércoles   21 de Febrero de 2018
Esta generación pide un signo

Primera Lectura

Lectura de la profecía de Jonás 3,1-10:

Vino la palabra del Señor sobre Jonás: «Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.»
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»
Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños.
Llegó el mensaje al rey de Nínive; se levantó del trono, dejó el manto, se cubrió de saco, se sentó en el polvo y mandó al heraldo a proclamar en su nombre a Nínive: «Hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni beban; vístanse de saco hombres y animales; invoquen fervientemente a Dios, que se convierta cada cual de su mala vida y de la violencia de sus manos; quizá se arrepienta, se compadezca Dios, quizá cese el incendio de su ira, y no pereceremos.»
Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.

Salmo

Sal 50,3-4.12-13.18-19 R/. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,29-32

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.»

Reflexión del Evangelio del día

No pidamos señales, escuchemos la Palabra

Según la descripción bíblica, corroborada por la arqueología, Nínive fue una de las grandes ciudades del mundo antiguo. Y allí se dirige el profeta Jonás por mandato de Dios a predicar la conversión. Nos podemos imaginar la escena: un hombre desconocido que advierte a los habitantes de la urbe de sus errores y de las consecuencias que pueden traer los mismos, si no enmiendan su actitud. De esquina en esquina, de plaza en plaza, él solo ante toda una gran ciudad. Y los ninivitas le escucharon, creyeron en sus palabras, admitieron sus culpas y desde el rey hasta el último habitante hicieron penitencia.

¿Qué pasaría hoy si tú y yo viviéramos una situación parecida? O mejor dicho: ¿qué estamos haciendo? Porque Dios nos sigue hablando como en tiempos de Jonás, todos los días, a todas horas. ¿Prestamos atención? ¿Tenemos disposición para la penitencia y la conversión? Dejo estas preguntas en el aire, precisamente en este tiempo de Cuaresma. Reflexionemos sobre nuestra actitud ante las múltiples llamadas de atención que el Señor nos hace a diario.

La verdadera señal eres tú

Hoy el Evangelio nos presenta a Cristo en uno de los momentos más airados, más duro en sus palabras hacia los que le escuchan. Podríamos decir que está reprendiendo con firmeza. Y esa “reprimenda” viene cargada de citas de las Escrituras y de ejemplos sencillos y fáciles de entender. ¿Queréis pruebas?, ¿queréis señales? Estoy delante de vosotros y no me veis ¿qué más señales? Y cita el pasaje de Jonás y de cómo fue atendido tan solo a través de sus palabras, sin “efectos especiales”. Carga duramente contra los que deberían ser ejemplo de la sociedad (los doctores de la Ley y los fariseos) y les pone ante un espejo para que se vean, para que conozcan sus errores… Cuántas veces hemos deseado una señal, cuántas veces hemos dicho o pensado “Dios mío si tú hicieras esto o aquello para que la gente creyera”. Estamos actuando como los judíos de hace dos mil años, parece que Cristo estuviera hablando hoy, en este momento, a nuestra sociedad.

¿Señales? ¿Prodigios? Miles de muertos en las aguas del Mediterráneo ante nuestra pasividad: guerras interminables por motivos étnicos y religiosos; hambrunas mientras a diario tiramos toneladas de comida… Misioneros dando su vida por los demás; hermanas de vida activa que no abandonan a los perseguidos; hombres buenos que se juegan la vida en el mar rescatando pateras… Gobiernos que actúan como fariseos acogiendo a unos cuantos refugiados; ONG de colorines; imposición de lo “políticamente correcto” para callar conciencias… Y Cristo hablándonos a gritos desde el Evangelio ¿Quieres más señales?

Una vez más la Palabra se nos presenta de plena actualidad, y somos nosotros, NOSOTROS, los que debemos dar esas señales que tanto pedimos. Nosotros somos los que tenemos que ver a Jesús en esas señales de nuestro mundo y los que debemos actuar, ponernos en camino como nuestro Padre Santo Domingo, para corregir nuestra actitud como hicieron los habitantes de Nínive y escuchar, escuchar con el corazón, lo que Dios nos pide. Sin duda este mundo sería mucho mejor si nuestros oídos, nuestra mente y nuestro corazón supieran escuchar la Palabra de Dios y la pusieran en práctica.

Luis D. Luis Maldonado Fernández de Tejada, OP
Fraternidad Laical de Santo Domingo, de Almagro
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Jueves   22 de Febrero de 2018
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia
Hoy celebramos: Cátedra de San Pedro (22 de Febrero)

Primera Lectura

Primera Lectura: I Pedro 5,1-4

Queridos hermanos: A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a manifestarse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, gobernándolo no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por sórdida ganancia, sino con generosidad; no como déspotas sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.

Salmo

Sal 22,1-3.4.5.6 R/. El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara, mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R/.

Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

Tu bondad y tu misericordia
me acompañan todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo 16,13-19

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»

Reflexión del Evangelio del día

Y vosotros ¿quién decís que soy yo?

Celebramos hoy la fiesta de la cátedra de San Pedro. Cristo, sabiendo que su estancia terrenal iba a ser limitada, elige a doce de sus seguidores para que encabecen la continuación de la obra que ha venido a realizar. Les va mostrando poco a poco quién es él, y el proyecto de salvación que trae para toda la humanidad. Llegado el momento oportuno, cuando ya Pedro ha caído en la cuenta de que Jesús es “El Mesías, el Hijo de Dios vivo”, le pone al frente de su incipiente comunidad: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia y el poder del infierno no la derrotará”.

San Pedro a sus sucesores y a los sucesores de los apóstoles “como pastores del rebaño de Dios”, les exhorta a que sean pastores como lo fue Cristo Jesús y que constantemente se miren en este modelo. Nada de gobernarlo “a la fuerza… como déspotas… esperando sórdida ganancia”, sino siguiendo siempre los pasos y los modos de Jesús, el Supremo Pastor.

Curiosamente el Papa Francisco, en su visita a Chile, habló a los pastores de ahora, obispos y sacerdotes, y como Pedro les hizo algunas recomendaciones. Les pide que luchen contra el sentimiento de orfandad de muchas personas, que se ha metido también en el corazón de algunos cristianos, ese “sentir no pertenecer a nadie”, que les recuerden que todos nos hemos de sentir perteneciendo al pueblo de Dios, a la iglesia, donde todos somos hermanos porque Dios es nuestro Padre. Les pide igualmente que no caigan en la tentación del clericalismo, creerse que la misión de la iglesia es solo de los clérigos y son ellos los que mandan. “El clericalismo se olvida de que la visibilidad y la sacramentalidad de la Iglesia pertenece a todo el pueblo de Dios (cf. Lumen Gentium, 9-14) y no solo a unos pocos elegidos e iluminados”.

Manuel Fray Manuel Santos Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
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Viernes   23 de Febrero de 2018
Vete primero a reconciliarte con tu hermano

Primera Lectura

Libro de Ezequiel 18,21-28

“Así dice el Señor Dios: Si el malvado se convierte de los pecados cometidos y guarda mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se le tendrán en cuenta los delitos que cometió, por la justicia que hizo, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado -oráculo del Señor-, y no que se convierta de su conducta y que viva? Si el justo se aparta de su justicia y comete maldad, imitando las abominaciones del malvado, ¿vivirá acaso?; no se tendrá en cuenta la justicia que hizo: por la iniquidad que perpetró y por el pecado que cometió, morirá.
Comentáis: No es justo el proceder del Señor. Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá”.

Salmo

Sal 129,1-2.3-4.5-7a.7bc-8 R/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?

Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.

Si llevas cuenta de los delitos,
Señor, ¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R/.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora. R/.

Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,20-26

“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás, y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano imbécil, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama renegado, merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto”.

Reflexión del Evangelio del día

Cuando el malvado se convierte… él mismo salva su vida

El texto es una convincente respuesta al proverbio Los padres comieron los agraces y los hijos sufren la dentera. La experiencia del desierto que hace poco ha vivido el pueblo forma parte de su patrimonio simbólico y religioso y, además, brinda al profeta la ocasión de insistir en que Yahvé ahora les ofrece algo distinto, una nueva oportunidad para construir la comunidad de Israel con aires novedosos. Ezequiel innova reclamando la responsabilidad y salvación personales y nos dice que Dios quiere que el pecador se convierta y viva. La salvación depende de la fiel conducta de cada uno de los miembros de la comunidad israelita, y no de su pertenencia a esta familia o a la otra. Dios no lleva cuenta del pasado (ni ajeno, ni propio), ni de los delitos en los que uno hubiera incurrido. Ni las obras buenas del pasado valen si las niega la actitud actual del creyente. El encanto de la conducta actual lo dicta la conversión de un corazón que quiere ser nuevo viviendo el espíritu de la misericordia de Dios. Ya no es de recibo echar la culpa al resto de los miembros de la comunidad o a los antepasados, o al resto de los familiares; la responsabilidad es personal del individuo, único responsable de su destino por voluntad de Dios. Y culpar al pasado para uno justificarse no es sino burlarse de la justicia divina. Queda abierto así el camino esperanzador de dejar que Dios invada la vida de cada uno, que es otra forma de reclamar la conversión como proceso de vida y de luz, porque Dios sólo quiere que el pecador se convierta de su conducta y viva.

Vete primero a reconciliarte con tu hermano

Sermón de la montaña; exigencia de una justicia mayor que la de los escribas y fariseos para el seguidor del Maestro de Galilea. Porque este seguidor, como persona religiosa, debe corresponder a la bondad de Dios con un perfil sobrado de justicia con ansias de un alto techo moral. Es condición imprescindible, signo inequívoco de pertenencia al Reino de Dios. Y para resaltar la diferencia con el contenido ético de los escribas y fariseos, el Maestro señala algunas antítesis. La primera de ellas alude a las relaciones fraternas que no solo se refiere a la muerte física, pues entiende que hay diversas maneras, muy sutiles, de matar: insulto, descalificación, ninguneo del hermano… matan poco a poco al prójimo. Es de agradecer la importancia que Jesús da a los pequeños y diarios gestos que, en definitiva, anulan la fricción entre los hermanos y abren la puerta a vivencias más grandes y estimulantes. Se completa el mensaje de la Palabra con una invitación a la reconciliación comunitaria que debe ser una actitud perenne o un estilo habitual de relación fraterna. El perdón mutuo no queda en el plano de lo deseable, sino de lo necesario para que la convivencia y el culto tengan sabor de Evangelio y del Reino; porque es imposible la relación con Dios (oración, culto) si la relación con los hermanos no existe o se ha roto.

A la luz de la Palabra ¿asume la comunidad el principio misericordia recíproca como vivencia fundamental del mensaje del Reino?

Jesús Fr. Jesús Duque O.P.
Convento de Santo Domingo de Scala-Coeli (Córdoba)
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Sábado   24 de Febrero de 2018
Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen
Hoy celebramos: Beata Ascensión Nicol Goñi (24 de Febrero)

Primera Lectura

Lectura del libro del Deuteronomio 26,16-19

Moisés habló al pueblo, diciendo: «Hoy te manda el Señor, tu Dios, que cumplas estos mandatos y decretos. Guárdalos y cúmplelos con todo el corazón y con toda el alma. Hoy te has comprometido a aceptar lo que el Señor te propone: Que él será tu Dios, que tú irás por sus caminos, guardarás sus mandatos, preceptos y decretos, y escucharás su voz. Hoy se compromete el Señor a aceptar lo que tú le propones Que serás su propio pueblo, como te prometió, que guardarás todos sus preceptos, que él te elevará en gloria, nombre y esplendor, por encima de todas las naciones que ha hecho, y que serás el pueblo santo del Señor, como ha dicho.»

Salmo

Sal 118,1-2.4-5.7-8 R/. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor

Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R/.

Tú promulgas tus decretos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus consignas. R/.

Te alabaré con sincero corazón
cuando aprenda tus justos mandamientos.
Quiero guardar tus leyes exactamente,
tú, no me abandones. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,43-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo» y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.»

Reflexión del Evangelio del día

Un corazón consagrado al Señor

Leemos uno de los discursos del Deuteronomio donde Dios a través de Moisés muestra la Alianza con el pueblo de Israel, recordando las exigencias que ha de vivir: dar culto al Señor, guardar sus leyes y cumplir sus decretos.

Los judíos al “elegir que el Señor sea su Dios” entran en un sistema muy particular de relaciones con Dios y la Alianza, ya que el Señor también los elije para ser “especialmente su pueblo”.

La expresión de la Alianza es una reciprocidad de elecciones y supone mucha responsabilidad, pues al “ser un pueblo consagrado al Señor” nos comprometemos al proyecto de Dios y sus designios, con todo nuestro ser, para poder decir con el salmista que somos dichosos al caminar en la voluntad del Señor.

Ver con los ojos de Jesús

Este pasaje evangélico es el final de la primera parte del Sermón de la montaña, donde Jesús anuncia el mandamiento nuevo del amor, recogiendo el mandato del Antiguo Testamento y ampliándolo con un amor sin medida.

La perfección de Dios consiste en su mismo ser, en su misterio. En su revelación a los hombres nos dice: “Yo soy Dios y no hay otro”. Dios es amor, gratuito y universal, ya que ama a todos sin excepción. Dios es misericordia en Jesucristo, ya que ama a sus enemigos, hace el bien a quienes le aborrecen y reza por los que le persiguen.

Jesucristo lo ve todo desde un punto de vista distinto al nuestro. Ve la humanidad desde el punto de vista de Dios. Sus palabras son reveladoras: amar, hacer el bien, orar. Es natural amar a las personas que nos aman pero Dios nos pide más, a fin de tener una mentalidad como la suya, de llegar a parecernos a Él, de ser verdaderamente sus hijos. Jesús predica una fraternidad y una paternidad universales, un amor sin fronteras.

Pidamos que la Iglesia promueva en el mundo la civilización del amor y que todos los hombres busquemos con sinceridad a Dios y descubramos en Cristo el camino hacia la vida eterna. Una propuesta para vivir la Cuaresma: alabar al Señor con sincero corazón, observando sus decretos “que son llevaderos”. Jesús nos trae a Dios y nos lleva a Dios, con Él toda nuestra vida se transforma, se renueva, de modo que nosotros podemos ver la realidad con ojos nuevos, desde el punto de vista de Jesús.

Dominicas Monjas Dominicas Contemplativas
Monasterio Stma. Trinidad y Sta. Lucía (Orihuela)
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